Delmira Agustini es una de las voces más singulares del modernismo latinoamericano. Fue, también, una mujer adelantada a su tiempo; escribió sobre el cuerpo y el deseo femenino con una libertad que escandalizó a la sociedad de su época y fascinó a futuras generaciones.
Asesinada por su exmarido, fue víctima de la violencia machista, Delmira es un símbolo de libertad femenina. La Pitonisa de Eros sigue siendo hoy una de las voces más poderosas del modernismo hispanoamericano.
Poemas de Delmira Agustini
Explosión
Si la vida es amor, ¡bendita sea!
¡Quiero más vida para amar! Hoy siento
Que no valen mil años de la idea
Lo que un minuto azul de sentimiento.
Mi corazón moría triste y lento...
Hoy abre en luz como una flor febea;
¡La vida brota como un mar violento
Donde la mano del amor golpea!
Hoy partió hacia la noche, triste, fría,
Rotas las alas, mi melancolía;
Como una vieja mancha de dolor.
En la sombra lejana se deslíe...
¡Mi vida toda canta, besa, ríe!
¡Mi vida toda es una boca en flor!
Anillo
Raro anillo que clarea,
Raro anillo que sombrea
Una profunda amatista.
Crepúsculo vespertino
Que en tu matinal platino
Engarzó espléndido artista.
El porvenir es de miedo...
¿Será tu destino un dedo
De tempestad o de calma?
Para clararte y sombrearte,
¡Si yo pudiera glisarte
En un dedo de mi alma!...
Amor
Lo soñé impetuoso, formidable y ardiente;
hablaba el impreciso lenguaje del torrente;
era un mar desbordado de locura y de fuego,
rodando por la vida como un eterno riego.
Luego soñélo triste, como un gran sol poniente
que dobla ante la noche la cabeza de fuego;
después rió, y en su boca tan tierna como un ruego,
soñaba sus cristales el alma de la fuente.
Y hoy sueño que es vibrante y suave y riente y triste,
que todas las tinieblas y todo el iris viste,
que, frágil como un ídolo y eterno como Dios,
sobre la vida toda su majestad levanta:
y el beso cae ardiendo a perfumar su planta
en una flor de fuego deshojada por dos....
Cuentas de fuego
Cerrar la puerta cómplice con rumor de caricia,
deshojar hacia el mal el lirio de una veste
La seda es un pecado, el desnudo es celeste;
y es un cuerpo mullido, un diván de delicia.
Abrir brazos… así todo ser es alado;
o una cálida lira dulcemente rendida
de canto y de silencio… más tarde, en el helado
más allá de un espejo, como un lago inclinado
ver la olímpica bestia que elabora la vida…
Amor rojo, amor mío;
sangre de mundos y rumor de cielos…
¡Tú me los des, Dios mío!
Con tu retrato
Yo no sé si mis ojos o mis manos
encendieron la vida en tu retrato;
nubes humanas, rayos sobrehumanos,
todo tu Yo de Emperador innato
amanece a mis ojos, en mis manos.
¡Por eso, toda en llamas, yo desato
cabellos y alma para tu retrato,
y me abro en flor!... Entonces, soberanos
de la sombra y la luz, tus ojos graves
dicen grandezas que yo sé y tú sabes...
y te dejo morir... Queda en mis manos
una gran mancha lívida y sombría...
¡Y renaces en mi melancolía
formado de astros fríos y lejanos!
La ruptura
Érase una cadena fuerte como un destino,
Sacra como una vida, sensible como un alma;
La corté con un lirio y sigo mi camino
Con la frialdad magnífica de la Muerte... con calma.
Curiosidad mi espíritu se asoma a su laguna
Interior, y el cristal de las aguas dormidas,
Refleja un dios o un monstruo, enmascarado.
Tu amor
Tu amor, esclavo, es como un sol muy fuerte:
jardinero de oro de la vida,
jardinero de fuego de la muerte,
en el carmen fecundo de mi vida.
Pico de cuervo con olor de rosas,
aguijón enmelado de delicias
tu lengua es. Tus manos misteriosas
son garras enguantadas de caricias.
Tus ojos son mis medianoches crueles,
panales negros de malditas mieles
que se desangran en mi acerbidad;
crisálida de un vuelo del futuro,
es tu abrazo magnífico y oscuro
torre embrujada de mi soledad.
¿Te han gustado estos poemas de Delmira Agustini? ¿Conocías a esta escritora? Sin duda alguna, estos versos son una invitación a descubrirla.

